Es conocido que la enseñanza es un proceso intencional,
sistemático y organizado para el logro del aprendizaje. Es una responsabilidad
compartida entre docentes y estudiantes, aunque la enseñanza formal es
responsabilidad directa de los primeros y el aprendizaje de los segundos.
Esa organización, que parte de
los objetivos y contenidos, es pensada en forma gradual y ascendente, como
un reto para que el estudiante acceda a los mismos de manera natural y activa.
En ello juegan papel trascendente
las estrategias con sus actividades y recursos; las cuales deben ser
accesibles, variadas y atendiendo a la diversidad estudiantil, para conformar un
ambiente de aprendizaje propicio, dinámico y efectivo.