¿Podemos promover la autogestión del aprendizaje?
Como he venido
señalando en otras entradas, la idea en la formación es que el estudiante no
solo se apropie de los contenidos, de los procedimientos o de las estrategias,
sino que intencionalmente pueda recrearlos e inventar creativamente
nuevas fórmulas de acción.
Para que eso
pueda lograrse, como ya lo he ido comentando en este blog, deben ejecutarse
intencionalmente los procesos de la investigación
formativa, mediante pasos investigativos y habilidades del
pensamiento y del lenguaje, desarrollando habilidades en el qué, el cómo y el
para qué; propiciando una conjugación de competencias básicas en el conocer, el
hacer y el ser, que delineen una conducta constructiva y de transferencia de
conocimientos, contextualizada en tiempo y espacio.
Proceso constructivo: Aprendizaje y conocimiento* |
Imagen que simboliza la creación de un producto mediante la aplicación de pasos y procedimientos aprendidos con anterioridad para construir uno nuevo.
¿Cómo podemos desarrollar la capacidad de gestionar el propio aprendizaje?
Por ejemplo, en
las situaciones de aprendizaje, a través de los recursos, se debe procurar
que los estudiantes observen y reflexionen sobre la teoría y la práctica que
explican la realidad, con y para ella, en su seno y más allá de ésta.
En el
transcurso de esa observación reflexiva, se van desarrollando procesos que
posibilitan sistematizar y argumentar sobre esa realidad, de forma de crear
conocimientos y transpolar a nuevos y distintos escenarios, adquiriendo su
condición generalizadora y retomando desde un nuevo punto de partida en un
nivel superior.
Para ello, las
estrategias deben promover el deseo por avanzar en el aprendizaje, posibilitar
el camino a recorrer para llevar la experiencia contextualizada de la práctica
a la experiencia de la teoría y viceversa, revalorizarla hacia escenarios
deseables/posibles, partiendo de la realidad problematizada que lleva a una
conceptualización y reconceptualización de la misma mediante su reconstrucción
en el marco de los referentes teóricos; la posibilidad de argumentar y defender
posiciones sobre los conocimientos creados, su transferencia a otras realidades
y a su propio proceder.
Con ello, se
fomenta la comprensión al activar el reconocimiento y las habilidades
analíticas, interpretativas, evaluativas, organizativas y explicativas, entre
otras, indispensables en la sistematización y argumentación de los contenidos.
De esta forma,
en mi opinión, se puede desarrollar la capacidad de aprender y de gestionar
el propio conocimiento, lo que incidiría favorablemente en la formación del
estudiante para su desempeño personal, laboral y social. ¿Cómo lo visualizas en tu proceso
de enseñanza?
¿A qué me refiero con autogestión
del aprendizaje?
Hago referencia a la activación y monitoreo
intencional por parte del estudiante de los mecanismos motivacionales,
cognitivos y metacognitivos que hacen posible su aprendizaje, proceso que
se da en el interno, pero como producto de la interacción con mediadores (él
mismo, docentes, compañeros, expertos …), por lo que se plantea objetivos,
planifica acciones, administra sus propios recursos, encauzándolos hacia el
logro de esos objetivos, evalúa su actuación y el cumplimiento de todo el
proceso.
En tal sentido, esta autogestión debe alcanzarse
con la introducción de estrategias didácticas y actividades relacionadas, de
tipo motivacional, cognitiva y metacognitiva, que promuevan, susciten y
potencien herramientas investigativas, del pensamiento y de lenguaje, a la vez
que desarrollan contenidos, lo que puede ir verificándose mediante actividades
evaluativas.
¿Cómo se caracterizan las estrategias didácticas que favorecen la autogestión del aprendizaje?
Se caracterizan de la manera
siguiente:
¨ Las motivacionales
se desarrollan a partir de la satisfacción de necesidades, intereses y
expectativas que motivan al estudiante a aprender, por lo que deben
encaminarse, por un lado, a resaltar la utilidad de los aprendizajes y su
compromiso para alcanzarlos, por el otro, hacia el logro de la responsabilidad
y la percepción de autocontrol sobre el proceso, de manera que sienta que los
resultados están sujetos a su esfuerzo y persistencia.
La
motivación es uno de los factores fundamentales en el aprendizaje, es la que nos
moviliza a participar en una tarea y culminarla, a que nos apropiemos de los
contenidos y procedimientos. Dado que es interna, mediante la enseñanza se
activará y propiciará para que sea una acción autogenerada.
¨ Las cognitivas
están relacionadas con el conocer cómo saber y hacer, también deben aplicarse
explícitamente, de manera que conjuntamente con el aprendizaje de los temas se
obtenga conocimiento sobre el procedimiento y se adopten en diferentes
prácticas.
Se
constituyen en orientadoras del proceso de aprendizaje, por lo que deben indicar
cómo actuar para lograrlo; adquirir la información, procesarla e internalizarla
para la re-construcción de los conocimientos, teniendo en cuenta la lógica de apropiación del
contenido y planteando retos que incidan
en el desarrollo de las herramientas cognitivas y en el avance del estudio
independiente.
¨ Las metacognitivas
se asocian con el aprender a aprender, dirigidas más hacia el qué y cómo se
conoce ese saber y hacer, facilitan y potencian el desarrollo de mayor
independencia, su presencia debe sugerir o proponer acciones para que el
estudiante sea quien decida cuál de ellas seguirá según su estilo y
procedimiento de estudio.
Atienden
más al proceso de autocontrol, la toma de conciencia de la actividad y los
propios recursos para afrontarla con la finalidad de apropiarse tanto del
contenido como de las estrategias conducentes al aprender a aprender en calidad
de potenciadoras de la independencia cognitiva.
Las estrategias didácticas (motivacionales, cognitivas y metacognitivas) deberán planificarse planteando retos al desarrollo del pensamiento y del lenguaje, ejecutándose para que el estudiante vaya progresivamente construyendo su cultura mediante un objeto revalorizado por intermedio de un saber y hacer contextualizado, en diálogo permanente del sujeto-objeto sobre la teoría-práctica.
Al mismo
tiempo, estas estrategias al vincularse con la investigación formativa
conjuntamente con los contenidos en forma intencional propiciarán en el
estudiante la posibilidad de apropiarse de ambos, de esa manera podrá
voluntariamente ejecutar las estrategias aprendidas y autogestionar su
aprendizaje.
Comparte tu opinión y cómo lo llevas en tu quehacer diario. Gracias…
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