En entradas anteriores he expuesto que considerar a la investigación
como elemento implícito en la dinámica de formación, en este momento histórico
lleno de complejidades, donde lo diverso es lo común, facilita el estudio, la interpretación
y comprensión de la realidad bajo esa óptica y desde diferentes perspectivas.
En esta intervención comento sobre propuestas y acciones usadas en diferentes esferas que dinamizan la formación desde la investigación. En el post aplicación de la investigación en educación adelanté posiciones al respecto.
En esta intervención comento sobre propuestas y acciones usadas en diferentes esferas que dinamizan la formación desde la investigación. En el post aplicación de la investigación en educación adelanté posiciones al respecto.
Propuestas y acciones basadas en la investigación* |
Se trata de pensar en ámbitos desarrolladores, de
integrar la teoría a la práctica y viceversa, de pensar en que la realidad
circundante es compleja y variable y que desde esa perspectiva debe
visualizarse, analizarse y extrapolar el conocimiento así obtenido a nuevas
situaciones, de pensar que el estudiante sea capaz de aprender a lograr la
gestión de su formación.
Ejemplos de propuestas y acciones basadas en la investigación.
Particularmente,
Dusú[i]
analiza, en su propuesta para el desarrollo de la formación científica
profesional a través del proceso docente educativo, la importancia de la
investigación en la formación y de los procesos implícitos en ella,
principalmente la reflexión, la cual debe ser ejercida en forma intencional
sobre el mismo proceso investigativo, sus resultados y el uso de las
estrategias, relacionando esta acción con lo metacognitivo.
La autora identifica y aplica los tres procesos genéricos de la investigación (problematizar, teorizar e instrumentar), fundamentados desde la epistemología cualitativa. Estos procesos cualifican la formación, al facilitar el desarrollo de la competencia investigativa.
La autora identifica y aplica los tres procesos genéricos de la investigación (problematizar, teorizar e instrumentar), fundamentados desde la epistemología cualitativa. Estos procesos cualifican la formación, al facilitar el desarrollo de la competencia investigativa.
Un
proceso investigativo donde se reflexiona e interpreta la realidad vivida para
comprenderla es la llamada sistematización de experiencias, también usada en la
dinámica formativa. Es una construcción de conocimientos sobre prácticas
sociales; la acción y la interacción entre los sujetos que conviven y
experimentan múltiples complejidades y concreciones.
Son indispensables las
habilidades del pensamiento y comunicativas, como la síntesis, comprensión,
claridad expositiva, entre otras, para la reconstrucción de la experiencia, el
análisis e interpretación de los sucesos y la comunicación de los resultados.
Otra de las proposiciones es la de Ausubel[ii]
en su teoría del aprendizaje por descubrimiento, donde afirma que el estudiante
debe realizar ciertos pasos investigativos para que a partir de un problema
encuentre las soluciones; dos caminos para ello, desde su planteamiento como
situación que debe resolver completamente o, solo buscar la solución.
De esta manera construye conocimiento o lo reconstruye al aprenderlo, desarrolla habilidades y aprende sobre las herramientas y el modo de responder ante circunstancias especificas. Señala también, lo fundamental de la motivación y el interés del alumno en la actividad y por ende, en el aprendizaje para que la inicie y la culmine satisfactoriamente.
De esta manera construye conocimiento o lo reconstruye al aprenderlo, desarrolla habilidades y aprende sobre las herramientas y el modo de responder ante circunstancias especificas. Señala también, lo fundamental de la motivación y el interés del alumno en la actividad y por ende, en el aprendizaje para que la inicie y la culmine satisfactoriamente.
En
la misma perspectiva, el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) hace posible un
aprendizaje autodirigido y colaborativo a través de la investigación, desde lo
real y en permanente contacto con los pares; la presencia del docente se
justifica en la medida que motiva esta condición. Barrows[iii]
define al ABP como un método de aprendizaje que se basa en el uso de problemas,
a partir de los cuales se busca la adquisición de nuevos conocimientos y su
integración a otros escenarios.
Para
el desarrollo del pensamiento existen varios métodos y técnicas que en esencia
listan pasos y actividades que conjugadas con la enseñanza de contenidos
permiten aprender a aprender y a emprender. Facione[iv]
en su documento, señala seis pasos para lograr el Pensamiento Efectivo y la
Solución de Problemas, los cuales forman la palabra “IDEAL-A”
(cada letra de la sigla representa un paso).
En
la propuesta PRYCREA (Persona Reflexiva y Creativa) se reafirma la perspectiva
de los autores precedentes, en el marco de la formación docente, cuando se
señala que, “Pretender desarrollar habilidades investigativas implica
necesariamente el vínculo teoría-práctica, o sea, proporcionar herramientas
teóricas y metodológicas que orienten al maestro en la observación y reflexión
crítica de la realidad educativa que vive, lo que le permitiría no solo
identificar aquellos problemas que entorpecen su labor, sino además
jerarquizarlos y encontrarles alternativas de solución” (Rodríguez-Mena[v]).
Fundamentalmente, de acuerdo
a lo expresado por los autores, todo estudiante debe adquirir una cultura
investigativa que lo llevará a ir logrando y perfeccionando en la práctica
ciertas competencias a través del conocimiento y uso de herramientas mentales e
instrumentales que lo induzcan a un cambio en su actitud.
Es un proceso
interactivo con niveles crecientes de competencia cognitiva, indagativa,
propositiva, valorativa, argumentativa, comunicativa (señaladas por Tunnerman[vi]),
donde va muy entrelazada la investigación con el desarrollo de procesos
cognitivos, metacognitivos y comunicacionales.
Algunos Institutos
universitarios colombianos contemplan dentro de su organización académica a la
investigación; ejemplo es la Universidad Simón Bolívar (Unisimonbolivar), cuyo
modelo pedagógico propone que la enseñanza de ésta sea dada desde tres ejes: la
formación de la actitud, la formación del espíritu investigativo y el
desarrollo de competencias cognoscitivas e instrumentales, elementos
fundamentales para la preparación en investigación y por consiguiente,
adelantar procesos investigativos.
Otro ejemplo es la Fundación
Universitaria de San Gil (UNISANGIL), en cuyo programa también se hace énfasis
en el desarrollo de este espíritu investigativo y el pensamiento crítico y
autónomo además de la cultura investigativa; buscando el logro de competencias básicas de la
investigación, para que a través de su impulso los participantes del proceso de
aprendizaje alcancen esa criticidad frente a los temas tratados a lo largo del
plan de estudios.
Estas propuestas coinciden
con los planteamientos antes expuestos por los autores, de partir de problemas
o de problematizar la realidad para su estudio. Lo anterior nos indica que en
el ambiente escolar deben promoverse la indagatoria, observación y soluciones
de situaciones pertinentes con la realidad, práctica constante e interacción
con los demás y con modelos de pensadores, así como la confrontación de nuestro
pensamiento con otros (Villarini[vii]),
en un ambiente de respeto, autoestima y compromiso intelectual, por su
vinculación con el desarrollo de capacidades, habilidades o destrezas del
pensamiento que propician a su vez competencias investigativas.
Hemos
visto una afinidad de enfoques en el uso de la investigación desde la formación
y sobre los cuales emergen propuestas de acción coincidentes en muchos de los
aspectos, relacionados con las estrategias, el papel del estudiante y el docente,
el desarrollo de capacidades investigativas, del lenguaje y del pensamiento que
conllevan al logro de un sujeto reflexivo, crítico, constructivo y proactivo.
Si
queremos planificar una dinámica formativa, con características instructiva,
educativa y desarrolladora, debemos basarnos en la investigación como
metodología de formación, que permita problematizar el conocimiento al tratar
los contenidos programáticos (de la cultura) en su relación con los problemas
del campo laboral y social y la competencia que debe adquirir el estudiante en
respuesta al objeto de ese campo, en la medida que internaliza capacidades para
moverse en diversos escenarios y resolver problemas con efectividad.
Una
forma de lograr esto, es lo señalado por Lanz[viii],
citando a Morín, que es preciso una reforma que bien desarrollada, pueda
favorecer una enseñanza para proveer una cultura que permita percibir la
multidimensionalidad del contexto y actuar en consecuencia, pudiendo enfrentar
las incertidumbres.
[i] DUSÚ, R. (2004). Estrategia
Didáctica para la Formación Científico - Profesional del Estudiante de la
Licenciatura en Psicología de la Universidad de Oriente. Tesis Doctoral.
[ii] RESTREPO, B. (2003). Conceptos y
Aplicaciones de la Investigación Formativa, y Criterios para Evaluar la
Investigación científica en sentido estricto.
[iii] MORALES, P. y LANDA, V. (2004).
Aprendizaje basado en Problemas. Revista Theoria, Vol. 13: 145-157.
[iv] FACIONE, P. (2007). Pensamiento
Crítico: ¿Qué es y por qué es importante?. EDUTEKA: publicación original en
1992, fue actualizado en 1998, 2004, 2006 y en el 2007.
[v] RODRÍGUEZ-MENA, M. (s/f).
Formación Reflexiva – Creativa de Competencias Investigativas en los Docentes.
Biblioteca Virtual. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
[vi] TUNNERMAN B. C. (2003). La
universidad latinoamericana ante los retos del siglo XXI. Unión de
Universidades de América Latina, A.C. Circuito Norponiente SíN Ciudad
Universitaria, México, D.F.
[vii] ZILBERSTEIN,
J. (2002). Principios Didácticos en un Proceso de Enseñanza Aprendizaje que
instruya y eduque
[viii] LANZ, C. (2003). La formación
científica en los estudios de postgrado: algunas premisas constitutivas.
Espacio Abierto, ea v.12 n.1 Maracaibo
mar. vol. 12, no.1
*Imagen de Mark Mags en Pixabay
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