Esta entrada coloca en relieve dos conceptos
relacionados dialécticamente que son la base de la formación: enseñanza y
aprendizaje. Asumiendo que ambos son bastante conocidos, el énfasis lo haremos
en el aprender a enseñar y aprender a aprender.
Formación vista como desarrollo humano*
Aprender a aprender y aprender a enseñar
Situamos al
aprendizaje como un proceso constructivo, donde creamos conocimientos a partir
de los que ya tenemos y de las experiencias previas, en el marco de la cultura
donde se desarrollan y mediados por otro proceso, intencional, planificado y
sistemático, en otras palabras, la enseñanza.
Lee este contenido con la vista puesta en tu experiencia y reflexiona…
Así concebido,
aprendemos al construir y re-construir el conocimiento, porque involucra un
pensamiento activo, motivación e interés en lo que hacemos y un cambio, una
nueva estructura mental. Este enfoque constructivista lo han explicado
distintos autores, con diferentes orientaciones que convergen en esa actividad
constructiva. Ausubel[i],
Piaget[ii]
y Vygotsky[iii]
son algunos de ellos.
Piaget afirma que
el desarrollo individual se va logrando en función de condicionamientos de tipo
biológico; por la experiencia o la acción que ejercemos sobre el medio; de las
relaciones interindividuales y, de la transmisión educativa-cultural que
recibamos, la cual facilitaría o inhibiría este proceso.
El aprendizaje
parte del conflicto cognoscitivo como producto de la interacción entre las
nuevas experiencias y los conocimientos previos e ideas existentes en nuestra
estructura cognitiva; y lo aprendido se transferirá a nuevas situaciones.
Vygotsky por su
parte, da más énfasis a lo social al considerar que la sociedad es el factor
determinante del comportamiento humano y que todos los procesos superiores del
comportamiento humano tienen un carácter mediacional, porque aprendemos a
utilizar todos los estímulos, tanto del medio externo como del interno, para
nuestro desarrollo y, este aprendizaje se adquiere a través de la interacción
social.
El concepto
fundamental es el de Zona de Desarrollo Próximo, expresado en la distancia
entre lo que somos capaces de hacer sin ayuda (nivel real) y aquél punto en que
necesitamos ayuda para realizar alguna actividad (nivel potencial).
Ausubel, en la
misma línea constructivista que los anteriores, refiere que es necesario el
interés y la motivación para aprender, a partir de la integración de lo nuevo
con lo viejo conocido que sirve de andamiaje para convertirse en otro
contenido, cuando le hemos dado sentido, de lo contrario no sucedería.
El autor presta especial
atención al aprendizaje significativo porque solo así se generaría un
aprendizaje más duradero, resaltando la importancia de los recursos cognitivos
en ese proceso.
Evidentemente,
cuando interactuamos con los conocimientos, hacemos una reflexión crítica,
contextualizada desde el marco conceptual propio para generar un aprendizaje;
sin embargo, estos conocimientos encierran un componente social por cuanto han
sido construidos por un colectivo, comportan una negociación e interacción de
muchas individualidades, antes y después de interactuar con ellos para crear o
re-crearlos.
¿Cómo concebimos el aprender a aprender y a enseñar?
Teniendo claro el
panorama sobre lo que es un aprendizaje constructivo y significativo y la
enseñanza como proceso mediacional para “enseñar a pensar y actuar sobre
contenidos significativos y contextuados” (Díaz-Barriga y Hernández[iv]),
concretemos ahora qué es y cómo podemos aprender a enseñar y a aprender.
Recordemos que,
el estudiante se involucra en un proceso de construcción y re-construcción de
conocimientos que le es natural, por lo que en principio, cuenta con
herramientas y mecanismos inherentes a su condición de aprendiz que lo conducen a realizar las acciones correspondientes para el
aprendizaje. El éxito de la labor docente estará en la medida que logre incrementar
ese potencial y mejorar sus condiciones para que tome conciencia de su
realidad y a partir de allí pueda administrar su propia actuación frente a
cualquier situación. |
Actuación que
revela una autogestión del aprendizaje, la cual lleva en sí misma condiciones
motivacionales, cognitivas y por ende, metacognitivas.
¿Por qué esos
tres tipos de condiciones?
1.
Uno de los primeros elementos que nos muestran cuando
estudiamos la carrera de educación es sobre la importancia de estar motivado
para que cualquier persona se involucre en una situación de aprendizaje. Es una
condición interna y como docentes debemos impulsarla con estrategias
relacionadas fundamentalmente con sus necesidades, intereses y expectativas.
2.
La condición cognitiva posibilita un manejo adecuado de los
contenidos y procedimientos para realizar la tarea en función del logro de
objetivos; gestión que debe ser enseñada con el fin de brindar al estudiante
las formas y vías de cómo aprender.
3.
Con respecto a la condición metacognitiva, alcanzarla
conlleva en ese estudiante la autoregulación y control de todo el proceso
incluidas las otras dos condiciones; debe ser el fin de toda enseñanza.
Aprender los
contenidos y procedimientos es importante pero mucho más lo es aprender a
gestionar y regular ese aprendizaje, habiendo internalizado las estrategias
adecuadas para cada circunstancia, a través de la mediación del docente, una
enseñanza que priorice el aprender a aprender de forma que las personas puedan
incidir permanentemente en su formación, además de actualizar esos contenidos
que son cada vez más transitorios y relativos en tiempo y espacio.
Con ello, el
estudiante sería capaz de controlar las condiciones intervinientes en su
aprendizaje, atreviéndose a emprender una actividad con probabilidades de
éxito; porque ha aprendido a dirigir e impulsar sus acciones por procesos
interiores, motivantes y cognitivos, a través de estrategias que estimulen,
orienten y propicien la regulación de esos mismos procesos utilizados.
Aprender a aprender supone para
cualquier persona, conocer sus propios recursos y usarlos voluntaria e
intencionalmente en cualquier situación hasta llegar a dar los resultados que
ésta demande, a partir de los elementos que brinde para su comprensión.
Aprender a enseñar supone para el
docente procurar un ambiente de aprendizaje cónsono con la demanda de cada
situación, mediar para que sus estudiantes gestionen y controlen sus procesos
de aprendizaje, orientándolos y potenciándolos hasta satisfacer dicha demanda.
Un elemento clave
para planificar un proceso formativo desarrollador sería establecer una
correspondencia entre la enseñanza aprendizaje mediante una metodología que
contemple etapas a cubrir, que sin pretender sea una linealidad sino mas bien
un proceso en espiral creciente, permita cubrir los objetivos diseñados y dar
respuesta a la situación problémica que les dio origen.
Entonces, esa
dinámica debe permitir al estudiante conectarse con el objeto de estudio,
propiciar la apropiación de procedimientos y generalizaciones teóricas con
conocimiento de éste y de las relaciones fundamentales de los objetos y
situaciones estudiadas, lo cual puede lograrse, según Zilberstein[v],
si se aplican ciertos principios didácticos orientadores, tales como: la unidad
de la teoría con la práctica, de lo concreto y lo abstracto, el carácter
colectivo y científico de la enseñanza.
Desde esa
perspectiva, debemos procurar problemas aportados por la realidad y no partir
de soluciones ya procesadas; lo que también implica, proponer “… contenidos con
diversidad y pluralidad, que hacen recapacitar a los alumnos sobre las
distintas y variantes interpretaciones y sobre el hecho de que el resultado de
sus conclusiones sean aceptados o defendibles ante un mismo hecho o teoría”
(Hernández[vi]).
Este planteamiento
de los problemas debe ser permanente con enfoque heurístico y buscando la
explicación de la realidad y de la existencia humana para su transformación
(Luque[vii]).
Con actividades
que activen el pensamiento, que se manifiestan en cualquier proceso investigativo
y que posibiliten procesar la información desde un nivel de pensamiento
teórico, abstraer las relaciones, formular hipótesis, replantear situaciones,
buscar soluciones y aplicar los conocimientos.
Los programas
constructivistas constituyen una posibilidad como herramienta didáctica, al
brindar entornos de aprendizaje mediante procesos interactivos con estrategias
significativas, de búsqueda y descubrimiento que desarrollan competencias para
la toma de decisiones, a priorizar, pensar, gestionar el aprendizaje y actuar
consecuentemente.
Por consiguiente,
resumiendo lo planteado por los autores referenciados, la dinámica de enseñanza
aprendizaje debe ser participativa y desarrolladora a través de metodologías
investigativas, con un estudiante activo, consciente, motivado, reflexivo,
crítico para que pueda detectar problemas, descubrir los conflictos, buscar las
soluciones y emplearlas.
¿Qué reflexión te
ha dejado esta lectura? ¿Cuáles son tus conclusiones?
[i] AUSUBEL,
D. (2002). Adquisición y retención del conocimiento: Una
perspectiva cognitiva. Barcelona, España: Paidós
[ii] PIAGET,
J. (1980). Psicología y pedagogía. España: Ariel.
[iii] VYGOTSKY,
L. (2010). Pensamiento y lenguaje. España: Paidós Ibérica, 2da Edición.
[iv] DÍAZ-BARRIGA,
F. Y HERNÁNDEZ, G. (1999). Estrategias Docentes para un Aprendizaje
Significativo. Una interpretación constructivista. 2da. Edición. México: McGraw
Hill.
[v] ZILBERSTEIN, J. (2002). Principios Didácticos
en un Proceso de Enseñanza Aprendizaje que instruya y eduque.
[vi] HERNÁNDEZ,
M. (2003). La educación a distancia: educación para la vida, educación en la
vida. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia (RIED). Vol. 6, N° 1.
[vii] LUQUE, M.
(2004). Dinámica del Aprendizaje y de la Mediación en Aulas Virtuales. Una
Visión desde la Perspectiva de la Formación Humana.
*Imagen en Pixabay
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