Existe una fuerte relación entre las personas y su
entorno, ya lo sabemos, llegando a constituirse entre ellos un campo vital como
expresión individual y expresión subjetiva de la vida social.
Si se parte de este hecho, en el sentido que constituyen
una unidad con funciones interdependientes, es de suponer que las fuerzas que
operan en ese campo realizan una reorganización del mismo, construyendo las
bases de la actuación individual y social. Variable en distintos espacios y
tiempos, somos una unidad en lo social y al mismo tiempo diferentes unos de otros
y, también nosotros mismos si nos comparamos a lo largo de la vida.
Todos son bienvenidos. Todos somos parte de este mundo diverso* |
Por otro lado, la permeabilidad de fronteras en cuanto al
conocimiento y la migración acercan distintas culturas, producto de otras
tantas organizaciones sociales, resaltando una realidad cada vez más compleja,
en tanto se acentúa la diversidad humana y la necesaria inclusión educativa en cada sociedad determinada.