Formar
a las personas va en línea con su desarrollo integral. Involucra los conceptos
de mediación, contextualización, interacción, continuidad, participación,
reflexión, capacidad y autorregulación. Un proceso de desarrollo humano, cuya base es el aprendizaje significativo y contextualizado.
¿Cómo aprender a gestionar las emociones?
Emociones, inteligencia y competencia emocional* |
Una necesidad
imperiosa es aprender a comprender y regular nuestras
emociones negativas (ira, ansiedad, miedo, culpa, frustración, tristeza…), para
nuestro propio bienestar y la convivencia social.
Veamos ahora ¿Qué son las emociones? y en este contexto ¿Qué significa la inteligencia emocional?
La emoción es un concepto complejo, caracterizado por una respuesta de la persona a un estímulo externo o interno, que induce a una acción, a una toma de decisión. Comportamiento que no siempre es positivo ni es igual en todas las personas ante el mismo estímulo. Se diferencia del sentimiento en que éste, es la autopercepción de una determinada emoción, es la expresión subjetiva de las emociones[1].
La definición expresada connota componentes, importantes de conocer para comprender las emociones y aprender a gestionarlas. Diversos autores delimitan los tres componentes en los de expresión neurofisiológica (sudoración, taquicardia, respiración agitada), cognitivo (valoración de la experiencia) y de comportamiento, reflejado en la respuesta observable de la emoción.
Comprender
las emociones nos brinda información para motivarnos a la acción, adaptarnos a
cualquier situación e interactuar con el contexto.
Goleman
puso en relieve la discusión sobre razón y emoción, elevando este concepto a la
categoría de inteligencia, a pesar que el primer artículo científico sobre
inteligencia emocional fue de Salovey y Mayer en 1990[2].
El autor revela, que todos tenemos la capacidad de conocer las emociones,
nuestras y de los otros, y usarlas adecuadamente en las relaciones intra e
interpersonales.
Podemos
ser emocionalmente inteligentes y, por tanto, aprender las competencias
emocionales.
Visión
coincidente con lo propuesto por Garner en sus inteligencias múltiples. La inteligencia
se manifiesta en diferentes áreas, por ello son múltiples; dependiendo de la persona, puede demostrarla
más en un sector particular o en varios, en función de sus habilidades y
experiencias. Este autor, explica cómo fomentar la comprensión de un
determinado tema, aprovechando las diferencias en sus inteligencias. (ver aquí)
¿Qué son las competencias socioemocionales?
En una entrada anterior definí las competencias como aquellos conocimientos, habilidades,
actitudes y valores relacionados con el quehacer de los diferentes escenarios
en los cuales nos desempeñamos. En este caso particular, relativas a la
comprensión y manejo o regulación de las emociones, en pro de ese bienestar
individual y colectivo.
Implica que debe haber un aprendizaje, mediante metodologías activas, dirigido a ser competente emocionalmente, a través de una práctica constante, continua, desde todos los escenarios, familiar, escolar y social para lograr un desarrollo integral.
En este orden, García-Bullé asocia la inteligencia emocional con la social porque incluye una buena gestión de las emociones y comprende la comunicación en forma empática y asertiva.
La capacidad para usar las habilidades emocionales
y sociales se promueve en un contexto de seguridad y apoyo escolar, familiar y
de aprendizaje de la comunidad en el que los niños se sienten valorados y
respetados y se conectan bien y se motivan para aprender[3].
El
mismo Goleman[4] presenta
un modelo con cinco habilidades emocionales y sociales básicas que deben
desarrollarse: 1. Conciencia de sí mismo, de las propias emociones. 2.
Autorregulación o la habilidad de manejar las emociones. 3. Motivación a través
de las emociones para realizar acciones productivas. 4. Empatía o reconocimiento
de las emociones de los otros. y 5. Habilidades sociales para interactuar y
comunicarse con el resto de personas.
Muchos autores trabajan este tema del aprendizaje y competencias emocionales, coincidiendo en muchos aspectos sobre la necesidad de percibir, comprender, interpretar y regular las emociones. A decir de Eduard Punset: Debemos aprender a gestionar las emociones, sin reprimirlas, pero también sin dejarnos que nos tomen de rehenes.
A continuación, las capacidades de las habilidades sociales y emocionales en la imagen, y, algunos ejemplos para el desarrollo en el aula, tomados de Maciel Torres[5].
- Enseñar a reconocer cómo se sienten los estudiantes y puede sentirse otra persona, a través de representaciones y entrenamientos.
- Practicar la toma de decisiones grupales y el establecimiento de normas en reuniones celebradas en el aula.
- Aprender la cooperación y el trabajar en equipo a través de los deportes y juegos.
- Practicar ayudas o asesorías entre niños de distintas edades, para desarrollar la autoestima, el sentido de pertenencia y mejorar las competencias académicas.
- Describir situaciones y pedir que otro lo repita como herramienta efectiva para enseñar a escuchar de manera reflexiva.
Los centros educativos deben asumir el reto de enseñarnos el manejo de las emociones y el logro de competencias en ese tenor (intra e interpersonales), con la finalidad de obtener éxito en la resolución de problemas y conflictos, evaluar la realidad, llevar adelante relaciones sociales satisfactorias y enriquecedoras.
Definitivamente,
aprender a gestionar las emociones nos permite alcanzar mejores aprendizajes.
** Tomado de Maciel Torres
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