He
afirmado en otras entradas que el diseño de la instrucción orienta la
organización de las estrategias y actividades de los programas educativos y
cada enfoque que subyace en este diseño provee del sustrato teórico a partir de
la consideración del aprendizaje; por lo que un mismo programa tendrá
diferentes representaciones dependiendo del enfoque usado.
Aprendizaje significativo y desarrollador* |
En
tal sentido, los programas constructivistas constituyen una posibilidad como
herramienta didáctica, al brindar entornos de aprendizaje participativos y
desarrolladores, a través de metodologías activas con un estudiante activo,
consciente, motivado, reflexivo, crítico, para que pueda detectar problemas,
descubrir los conflictos, buscar las soluciones y aplicarlas.
Por
ello encontramos en diferentes referencias la necesaria incorporación de estrategias
significativas con actividades de búsqueda y descubrimiento basadas en
preguntas, ejemplos, problemas, proyectos y otras, que implican un
procedimiento investigativo para potenciar la implicación del estudiante,
favorecer su aprendizaje y desarrollar competencias en la toma de decisiones, a
priorizar, pensar, gestionar el aprendizaje y actuar consecuentemente.
En
la potenciación de la implicación se debe tomar en cuenta la individualidad de
cada aprendiz, ya sabemos, estilos de aprendizaje, necesidades, intereses,
motivaciones, experiencias y conocimientos que lo llevan a enfrentarse de
distinta manera al objeto de aprendizaje y al cómo procesa la información.
Esto
implica, en primer lugar, el enseñar a aprender a aprender; segundo, presentar
estrategias con variedad de actividades y recursos que puedan cubrir un amplio
espectro de la población estudiantil con el fin de atender esa diversidad y al
programa que se aplica; y tercero, tener siempre presente lo que queremos
aprenda el estudiante, porque representa el eje del proceso.
Por
lo expresado, las metodologías activas son aquellas que favorecen, en forma interactiva,
sistemática, contextualizada e intencional, un proceso constructivo, basado en
un aprendizaje significativo, donde el estudiante participe activamente
poniendo en juego conscientemente sus recursos cognitivos, habilidades y saberes
para enfrentar con éxito los retos que le imponen desde la enseñanza y genere
nuevos conocimientos.
Estas
metodologías activas pueden ser aplicadas en las clases dependiendo del
propósito del programa y del contexto; para ello existen varias alternativas desarrolladas
suficientemente con el procedimiento y fines a alcanzar, de forma de
seleccionar la que mejor se ajuste a nuestras intenciones. Algunas son:
El
aprendizaje basado en proyectos posibilita
un aprendizaje individual y colaborativo, desde lo real usando problemas como
punto de partida y en permanente contacto con sus pares para la adquisición e
integración de los nuevos conocimientos.
El
método de casos, donde el estudiante
debe realizar ciertos pasos investigativos para que a partir de un problema
encuentre las soluciones; dos caminos para ello, desde su planteamiento como
situación que debe resolver completamente o, solo buscar la solución.
El
método del aula invertida también
puede ubicarse con esta visión porque es un diseño formativo inverso al
tradicional, donde la lección se hace en casa y las tareas en clase, con la
idea de incrementar la participación activa de los estudiantes en su proceso de
aprendizaje.
Una
propuesta para el desarrollo del
pensamiento que conjugada con la enseñanza de contenidos permite aprender a
aprender y a emprender es la identificada por Facione[i] como “IDEAL-A”.
Son seis pasos representados en cada letra de la sigla: Identificar el
problema, Definir el contexto, Enumerar las opciones, Analizar las opciones, Listar
las razones explícitamente y la Auto corrección.
El modelo de
Kolb sobre el ciclo del aprendizaje[ii]
permite a los docentes planificar situaciones con base a la vivencia y
reflexión del estudiante, según los ocho momentos de su modelo: Experiencia
Concreta, Análisis, Observación Reflexiva, Síntesis, Determinar la Solución,
Planificación, Experimentación Activa y Acción.
El enfoque
pedagógico de Trowbridge y Bybee[iii]
modela la investigación y resalta la importancia de planificar el aprendizaje
de acuerdo a su ciclo; el cual consta de cinco pasos o fases: Engranaje, Exploración,
Explicación, Elaboración y Evaluación.
Estas propuestas coinciden con los planteamientos de
las metodologías activas, de partir de problemas o de problematizar la realidad
para su estudio. De esta manera construimos conocimiento o
lo reconstruimos al aprenderlo, desarrollar habilidades y aprender sobre las
herramientas y el modo de responder ante circunstancias especificas.
Lo cual indica que en el ambiente escolar debemos
promover la indagatoria, observación y soluciones de situaciones pertinentes
con la realidad, práctica constante e interacción con los demás.
[i] FACIONE, P. (2007).
Pensamiento Crítico: ¿Qué es y por qué es importante?. EDUTEKA: publicación
original en 1992, fue actualizado en 1998, 2004, 2006 y en el 2007.
[ii] FANDOS, M. Y
GONZÁLEZ, A. (2005). Estrategias de Aprendizaje ante las nuevas posibilidades
Educativas de las TIC. ICE2 Y FOCONET3. Universidad Rovira i Virgili,
España.
[iii] BROWN, F. (1993).
Aprendizaje mediante la Investigación: Enseñanza para el Cambio Conceptual en
la Educación Ambiental. Traducción: Fátima C. Da Silva B. Caracas, Venezuela.
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