¿Es la autonomía una competencia aprendida?
El concepto autonomía es
encauzado por muchos autores en diferentes ámbitos y es el ideal a lograr por
todas las personas. Desde la educación se presentan opciones para que los
estudiantes logren un estado autónomo.
Su vuelo, un ejemplo
de autonomía
Veamos algunos puntos de vista
sobre este tema.
¿Cómo se visualiza la autonomía?
Manrique[i], con base a
los postulados de Piaget, habla de una autonomía moral y de una intelectual, la
cual se manifiesta en la persona cuando ésta es capaz de pensar y actuar por sí
misma después de haber tomado en cuenta posiciones y opiniones de otros,
fundamentándose en lo bueno o lo malo (moral) y en lo falso o lo verdadero
(intelectual); el autor señala, además, que
la autonomía se revela en saber aprender a aprender.
Esta visión, en mi opinión, refleja
una capacidad en el ámbito general de desempeño y en el específico de la
educación.
Chica[ii] también
asocia a la autonomía con la interacción y el aprender a educarse para todos
los escenarios de desempeño, el construir la ruta de su proyecto de vida a
partir de la posibilidad de autogestionar el conocimiento propio y el trabajo
cooperativo.
Un aprendizaje autónomo permite a
esa persona tomar las decisiones pertinentes sobre, afirma Chica, cómo
alcanza la resignificación del conocimiento como una forma de vida que adopta
con prudencia y libertad para la gestación de nuevos conceptos o teorías en
medio del bombardeo de información de la sociedad del conocimiento.
Obviamente, esta condición debe
abarcar todos los ámbitos de la vida misma para lograr un estado autónomo
general, revelándose también el necesario cambio de rol en el estudiante y en
el concepto de formación.
En esta misma línea de
pensamiento, Sarramona[iii] destacaba,
que para lograr la autonomía plena dos factores son importantes, la motivación
(o el compromiso) que lo movilizará hacia la consecución de esa autonomía y el
control que ejerza sobre el modo cómo logra el conocimiento, a través de los
mecanismos metacognitivos, los cuales son los que le dan la conciencia de todo
este proceso y que deberán ser activados intencionalmente.
Motivación y metacognición,
conjuntamente con la cognición, son los tres factores indispensables que debemos
manejar desde la enseñanza para que podamos aprender a gestionar el
aprendizaje.
Escamilla[iv], en la
siguiente cita, hace una descripción amplia para indicar que una persona es
autónoma, en un contexto general de desempeño, cuando:
… es dueña de sí misma,
responsable de su vida y de sus decisiones; muestra voluntad reflexiva en
cualquier contexto vital en el que tiene que actuar con criterios éticos; se
orienta a emprender proyectos para transformar las ideas en actos; adquiere
conciencia y aplica valores y actitudes personales como la responsabilidad,
perseverancia, conocimiento de sí misma, autoestima, creatividad, autocrítica,
control emocional; tiene capacidad de elegir, de afrontar los problemas; y
capacidad de demorar la necesidad de satisfacción inmediata, de aprender de los
errores y de asumir riesgos; tiene habilidades sociales para relacionarse,
cooperar y trabajar en equipo; para ponerse en el lugar de los demás, valorar
sus ideas y hacerles llegar sus propias ideas (asertividad). Conoce los
principios, valores y normas del contexto social y cultural y actúa con los que
ha personalizado; toma decisiones fundamentadas y elige con criterios propios;
mantiene una actitud positiva hacia los cambios que implican mejoras
(innovación); es flexible en sus decisiones y actuaciones. Exige un nivel de
desarrollo que no se da hasta la adolescencia o posteriormente, y por ello
ocupa un lugar destacado en la formación universitaria, relacionada con la
capacitación para tomar decisiones complejas y regirse por normas
personalizadas…
En esta última idea, acerca del
nivel de desarrollo que se necesita, adolescencia o posterior, para el logro de
la autonomía en los términos expresados por los autores, De Santis[v] la reafirma
cuando expresa que esta autonomía no se visualiza como competencia en términos
absolutos, sino como un proceso progresivo que el estudiante irá alcanzando
mediante la enseñanza.
Como se desprende de los autores
citados, la autonomía implica el saber aprender de por vida, tomar decisiones
sobre sí mismo y su aprendizaje, así como hacer uso eficiente de la
independencia. ¿Cómo lo percibes en tu entorno personal, escolar o social?
La autonomía se relaciona con la
capacidad de autorregulación y debe desarrollarse como un valor personal.
Asimismo, es relativa, puede ser pensada en cada circunstancia y en dependencia
de los roles que se desempeñan.
En
tal sentido, la autonomía se
entiende como una capacidad estratégica aprendida, enseñada intencionalmente y puesta
en evidencia en la práctica misma de la persona en sus diferentes ámbitos de
actuación.
Deja tu comentario, gracias…
[ii] CHICA, F. (2010). Factores de la enseñanza que favorecen el aprendizaje autónomo en torno a las actividades de aprendizaje. Reflexiones Teológicas, núm. 6, (167-195) Sep.-dic. de 2010. Bogotá, Colombia. ISSN 2011-1991.
[iii] SARRAMONA, J. (1999). La Autoformación en una Sociedad Cognitiva. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia (RIED). Vol. 2, N° 1.
[iv] VILLARDÓN, L. Y YANIZ, C. (2011). La autogestión del aprendizaje y la autonomía e iniciativa personal. UNIVEST 2011, Girona, Juny de 2011.
[v] DE SANTIS, R. (2002). La Autonomía en el Aprendizaje del Estudiante Universitario: Bases Conceptuales para un proyecto de Educación a Distancia. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia. Vol. 3, N° 2, Diciembre 2002.
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