Entre las alternativas educativas encontramos la educación
a distancia, un sistema con diversas modalidades, cuyo proceso de enseñanza-aprendizaje tiene elementos
particulares de aplicación. Está basado fundamentalmente en el uso de
tecnologías, el material como medio maestro y la figura del asesor o tutor como
recurso complementario. Veamos…
Educación a distancia* |
¿Qué es la educación a
distancia (EaD)?
Los autores que teorizan sobre
la EaD, básicamente, se aproximan a su definición partiendo de la categoría
distancia, representada en una evidente separación entre estudiantes y docentes,
lo cual da lugar a dos dimensiones (espacio-tiempo) donde ellos se mueven, cuya
interacción no puede ser siempre directa o sincrónica.
De allí que algunos autores (Casas[i],
UNESCO[ii]
y otros) enfatizan en su definición, que este sistema educativo necesita de
medios y recursos para que el estudiante pueda acceder al conocimiento, justo por
estar en un lugar distinto al del docente o por ausencia de éste.
Por lo cual, la presencia de
los medios es esencial. A través de estos es que el estudiante interactúa con
el contenido y el asesor; su uso permite el acceso a experiencias de
aprendizaje a personas que se encuentran distantes en tiempo y espacio.
Esta mayor oportunidad de
acceso a la educación se da principalmente a través de la tecnología, como
puente entre los sujetos y la institución, con la mediación de un recurso
estructurado mediante un proceso de enseñanza aprendizaje flexible,
independiente, centrado en el estudiante y que inclusive puede estar adaptado
al estilo de aprendizaje de cada uno, en la medida que el diseño instruccional
prevea distintos enfoques de los contenidos manejados.
Al depender fundamentalmente
de ese tipo de comunicación y la posibilidad de diálogo o interacción, desde su
origen, el uso de la tecnología ha estado siempre presente como medio comunicacional
para facilitar el aprendizaje, con sus conocidas variaciones y adelantos que ha
sufrido en el tiempo. Sin embargo, en la mayoría de los sistemas el principal
sigue siendo el impreso, a pesar de la tendencia conocida de mayor desarrollo
de entornos virtuales con variados medios.
Otras definiciones indican, que la EaD requiere de una organización de apoyo
para la elaboración del diseño instruccional, con materiales propios que guíen
el aprendizaje a través del diálogo didáctico, la planificación de todo el
proceso y los servicios de soporte al estudiante como la asesoría y la
orientación.
En este sentido, Holmberg[iii] y García Aretio[iv];
entre otros, proponen organizar y estructurar el material instruccional de tal
manera que aborde los contenidos mediante la conversación o diálogo didáctico
mediado, para guiar al estudiante al logro del aprendizaje y de los objetivos
propuestos en un curso. Esto cuenta tanto para el material impreso como el
digital en la modalidad virtual o en línea.
Una conversación representativa
del ambiente y la comunicación que se establece entre estudiantes y profesores
de la educación presencial. Sánchez[v]
opina también, que esta comunicación en la EaD se expresa mediante la
interacción, factor fundamental del proceso, entre el estudiante y los
materiales autoinstruccionales, los cuales se constituyen en elementos
determinantes.
Es responsabilidad de la
institución, planificar la comunicación y la interacción en la producción de
los materiales de autoinstrucción, para una adecuada relación
estudiante-contenido, teniendo en cuenta que la presencia de otros sujetos en
el proceso no es permanente.
No obstante, es mayor la responsabilidad que recae en el estudiante
para conducir su proceso de formación así como de evaluar informaciones en el
marco de la ética y su necesidad formativa. Esta caracterización también contempla lo metacognitivo, revelando que la
educación a distancia debe formar en esta dirección.
Como parte del sistema de
apoyo es evidente, por ejemplo, el equipo de especialistas que se encarga de la
planificación de la enseñanza y la concepción, producción y difusión de los
recursos pedagógicos o materiales autoinstruccionales que median en el
aprendizaje, y otros profesionales a quienes les corresponden la asesoría o
tutoría y la evaluación de los aprendizajes. Existen muchas variantes que
dependen del sistema adoptado.
¿Cómo se caracteriza la
educación a distancia?
Resumiendo, la EaD provee una
enseñanza mediatizada, un aprendizaje independiente y un sistema de apoyo. Con ello,
propicia la autonomía en el estudiante y permite la educación permanente en la
población.
Evidentemente este sistema educativo,
en esencia, no se diferencia de cualquier otro, en cuanto a
proceso de formación del ser humano en un determinado contexto, solo que debe
darse a través del privilegio de medios y recursos estructurados para tal fin,
incluyendo la mediación de un docente para el apoyo del aprendizaje en forma sincrónica
o asincrónica, separados espacialmente y/o en contacto cara a cara con menos
frecuencia y por consiguiente, soportado en una estructura organizativa con
carácter sistémico donde recae todo el funcionamiento institucional.
Para cerrar esta entrada, se destaca
que el desarrollo de la EaD ha estado marcado por tres grandes etapas (Por
Correspondencia, Multimedia e Internet) que se pueden caracterizar a partir del
medio de comunicación predominante, representadas tanto por elementos comunes
como por otros que las diferencia.
En otro momento hablaremos de este tema.
[i] CASAS, M. (1987). Universidad
sin Clases. Educación a Distancia en América Latina. Caracas: Biblioteca de
Cultura Pedagógica.
[ii] UNESCO. (2002). Aprendizaje
Abierto y a Distancia. Consideraciones sobre Tendencias, Políticas y
Estrategias.
[v] SÁNCHEZ, E. (2001).
Videoconferencia e Interacción en la Educación a Distancia. Revista Educación,
Vol 19; pp. 239-256. (2003, anexo 3, p. 22).
* Imagen de Mudassar en Pixabay
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