¿La investigación puede ser una metódica de enseñanza aprendizaje?
En anteriores entradas he expresado que
usar la investigación como metodología de enseñanza aprendizaje conlleva un
camino lógico hacia la construcción de conocimientos y su correspondiente
aplicación en diferentes ámbitos.
Proceso reflexivo, creativo y constructivo*
Es un marco referencial, donde la
investigación actúa como eje articulador de la dinámica del proceso enseñanza
aprendizaje para la organización y secuenciación de actividades, optimizando
así la formación de un sujeto crítico, reflexivo, creativo y constructivo.
Retomamos este tema para explicar que, la
incorporación de la investigación como metódica en la dinámica de formación
favorece el desarrollo humano.
Esta perspectiva nos lleva a indicar
algunas consideraciones reconocidas por todos e importantes:
- El sujeto como constructor de sí mismo, de la cultura y de su sociedad, es capaz de aprender, de crear y recrear su realidad al participar cooperativamente con el resto de sus congéneres en un espacio histórico determinado.
- Posee permanentes necesidades educativas para definir su proyecto de vida, que las instituciones deben satisfacer al brindarle la oportunidad de seguir formándose sin perjuicio de otras circunstancias.
- La posibilidad de estar actualizado se convierte hoy día en una ventaja competitiva, dado los acelerados avances científicos y tecnológicos en una realidad social compleja, relativa e incierta.
¿Cuáles son los retos de la formación?
Estaremos de acuerdo que, dada la realidad
de hoy, tenemos dos retos que enfrentar:
1.
Preparar a las personas para su profesión y su convivencia social.
2.
Dotarlos de las herramientas que les permitan anticipar, generar y
afrontar los continuos cambios.
De allí, que todo programa educativo debe
tener presente, en mi opinión (ver también otras entradas de este blog), dos
requisitos inseparables: una actitud de indagación, de búsqueda, de
experimentación, que permita ver y sentir los problemas, la complejidad e
incertidumbre, como un reto, un desafío profesional y por supuesto, ideas,
principios y técnicas que permitan orientar y dirigir la enseñanza, de forma
que facilite su desarrollo con probabilidades de éxito.
¿Cómo conseguir lo buscado?
La formación debe dinamizarse desde una
lógica de apropiación del contenido y una lógica investigativa que conlleve a
un aprendizaje significativo y al logro de un sujeto activo, dotado de
herramientas que lo capaciten a dar respuestas y generar los conocimientos
necesarios para el propio desarrollo y de la sociedad.
Desde esta perspectiva, cobra importancia
la consideración de la investigación en la formación. Veamos el porqué.
Por una parte, la investigación puede
llegar a ser consustancial al aprendizaje, al establecer un ambiente propicio
para que éste se produzca, facilitando al estudiante el afrontar realidades
diversas y diferentes, reafirmando en este estudiante ese aprendizaje, desde un
primer nivel de acercamiento al objeto de estudio hacia la construcción del
conocimiento en un nivel superior.
Promueve además la internalización de cómo
se producen los conocimientos y, por consiguiente, la persona podría actuar
intencionalmente en cada situación.
La práctica investigativa debe
articularse con la dinámica formativa, para que los estudiantes aprendan a
aprender, a conocer, a ser y por consiguiente a convivir.
Al usar la investigación se promueve el
desarrollo del pensamiento y del lenguaje, en tanto que demanda del análisis,
la abstracción, la reflexión, la comunicación y la generalización, entre otras;
al mismo tiempo que posibilita la observación e indagación, el desarrollo del
discernimiento y, por consiguiente, la comprensión del mundo.
Por otra parte, además, el aprendizaje
debe darse a partir del conocimiento sobre los mismos contenidos o procesos y
de su metodología, de forma que el estudiante, los aplique voluntariamente en
cada actuación ante las diversas situaciones y sea capaz de generar soluciones,
anticiparse a las mismas y valorar esa actuación y el contexto.
Estos contenidos, de tipo conceptual,
procedimental y actitudinal, se constituyen en un fin cuando representan la
cultura social transformada y tanto medio al ser utilizados como elementos para
el desarrollo de las herramientas investigativas, del pensamiento y el
lenguaje.
Significa, que los contenidos de los temas
representativos de la cultura no pueden seguir siendo usados para su
reproducción, sino como vías para el impulso del desarrollo de saberes,
habilidades, actitudes y valores, y de la recreación de esa cultura.
Es preciso el uso de metodologías activas
e investigativas que privilegien la gestión autónoma del aprendizaje con el
desarrollo de competencias en ese estudiante para afrontar su realidad y
transformarla.
Por ello, en el ambiente escolar no se
debería desligar la investigación del proceso enseñanza aprendizaje, porque son
elementos indisolubles y constitutivos de una praxis pedagógica creadora,
basada en la observación, la reflexión, la interacción y la acción[i].
En tal sentido, desde la enseñanza
aprendizaje se debe instar intencionalmente al desarrollo de condiciones que
efectivamente reafirmen la autogestión del estudiante y, por consiguiente, el
tomar el control de su formación, a través de situaciones, métodos y
estrategias didácticas, desde los recursos mediacionales, que propicien esa
observación y reflexión sobre la teoría y la práctica que explican la realidad.
Por lo expresado, una dinámica sobre la
base de la investigación o la investigación formativa (como la he llamado), es
una lógica que confiere al estudiante la posibilidad de comprender, integrar y
valorar los contenidos presentados, teniendo en cuenta lo nuevo más la cultura
del conocimiento acumulado en sí mismo, con el propósito de crear, recrear y
aplicar conscientemente estos conocimientos a nuevos ámbitos.
La investigación formativa lleva como intención última formar una persona crítica, reflexiva y anticipativa, al haber internalizado procedimientos propios de la investigación articulada con la formación mediante la práctica didáctica.
¿Qué te ha parecido lo expuesto? Me gustaría conocer tu opinión.
Gracias...
[i] SALAZAR-CORASPE
(2014). Orientaciones para el Diseño de los Materiales Didácticos. Metodología
para la autogestión del aprendizaje. Editorial Académica Española, España.
ISBN: 978-3-659-00684-5.
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