Un tema esencial
-manejado a veces tangencialmente- es el referido a la relación existente entre
la sociedad y la educación. El cual es tratado por lo general en la denominada
integración escuela comunidad.
Interrelación escuela sociedad* |
La imagen refleja
una composición con elementos de la vida cotidiana y de la escuela, entendida ésta
como el escenario donde se organiza y administra la educación formal. Una
interrelación que se conjuga de manera natural en el conocimiento, construido desde
ambos ámbitos y enriquecido a partir de esa misma interrelación.
En este
escrito me referiré en forma general a esa relación conformada en el espacio de acción universitario,
representada en el binomio sociedad universidad, donde se articula la cultura en
términos científicos, profesionales, académicos y sociales.
¿Cómo se configura la relación sociedad y educación en su expresión universitaria?
Empiezo por
destacar que, cualquier sociedad se alinea con lo que acontece en determinadas coordenadas
tiempo y espacio de su geolocalidad y de su entorno global. Estas coordenadas reflejan
una serie de procesos y relaciones entre ellos y entre sí, que le dan
significado y particularidad en un contexto histórico concreto, dando lugar a
una percepción diferente de una sociedad a otra y diversa de cada una
dependiendo del momento que se la mire.
Esos
procesos sociales, como expresiones de la realidad, desplegados y
singularizados por y para las personas, se concretizan en la cultura. El
desarrollo de ésta y el del individuo mismo lo transfieren a la sociedad donde
están inmersos, desde su convivencia y relaciones originando una transformación
social. Representa un movimiento dialéctico armónico entre lo individual y lo colectivo.
Uno de
estos procesos es la educación, centrada en el ciudadano, compleja y
multideterminada, que puede verse desde distintos ángulos, por lo que
necesariamente para su estudio deben conjugarse varias ciencias, disciplinas y
teorías. Fundamentalmente, responde a un compromiso social, consciente o no,
que la lleva a trascender los muros escolares y a posicionarse en cada ámbito
societal.
Sin
embargo, son las instituciones educativas en cuyo seno se mueve la cultura,
donde se gestan intencionalmente los eventos que posibilitan el desarrollo
social señalado, desde el crecimiento personal que conlleva la transformación
de la propia cultura.
Con esta
visión, la formación del estudiante universitario se encamina a la promoción del
profesional, otorgándole a la institución la misión de favorecer ese proceso,
de educar, instruir y desarrollarlo en su contexto social, desde el diálogo que
se establece entre la ciencia y la cotidianidad para construir, recrear, difundir
y conservar la cultura.
Estos
movimientos en la cultura como conocimientos compartidos por una sociedad se dan
a partir de la acción sistemática de la ciencia, la cual en esencia también es
un proceso social donde participa activamente la ideología e intencionalidad de
esa sociedad que le da sustento.
En concreto,
de la interrelación dinámica entre ciencia, educación y cultura se interpreta
la dialéctica entre el desarrollo individual y el social en un contexto espacio
tiempo mediato. Desarrollo que deviene en proyección a posteriori en un
contexto mayor y se realimenta a sí mismo en un proceso transformacional, lo
que da cuenta de la posición de la persona como ser social y de la
intencionalidad de la educación que debe interpretar los requerimientos
sociales.
En los párrafos precedentes distinguimos el entramado de
relaciones dialécticas que se dan entre Sociedad y Universidad, donde ésta
última se concibe y configura desde la primera con sus mismas características
políticas, económicas, entre otras y a la vez debe volver sobre esa sociedad
revalorizándola, a través de un profesional idóneo, capaz de “… hacer frente a
toda clase de circunstancias y resolver problemas con eficacia, eficiencia,
efectividad y expectatibilidad en el contexto de su crecimiento personal y
social.” (CEES[i]).
Relaciones dialécticas que en su desarrollo encierran
contradicciones entre la necesidad social y la respuesta formativa que le da
movimiento y sentido al binomio Sociedad Universidad. De allí su relevancia en atención a la adecuabilidad de la formación a la
necesidad, lo cual alude a la pertinencia e impacto.
Se trata de preparar para el desempeño de la profesión y
formar competencias en áreas específicas, a la vez de llevarlo a potenciar su
capacidad de aprender y de gestionar su propio conocimiento con la finalidad de
dar respuesta a las necesidades de la sociedad.
Representa un gran reto para la
formación del ciudadano sobre la base de los nuevos paradigmas, donde la universidad debe liderar esta
posición, convertirse en espacio social para el diálogo y el intercambio de
ideas innovadoras y la construcción de conocimiento compartido, en opinión de Duart[ii], a
fin de cumplir con el encargo societal de su creación de formar a la persona
que la sociedad necesita y no al margen de ésta.
Es una responsabilidad social que la universidad ejecute
acciones para abrir esos espacios de reflexión y saberes compartidos en su entorno,
donde la institución ejerza las funciones docencia, investigación y extensión
con pertinencia, equidad e impacto, vale decir, que su trabajo y concretamente
el del profesional responda a los requerimientos sociales, brinde oportunidades
y beneficios integrándose con su comunidad.
Es una responsabilidad también, que brinde la posibilidad
de combatir los flagelos que aquejan el mundo actual con el ejercicio de la
ciencia y la tecnología, cuyos resultados deben propugnar acciones tendentes a
favorecer la paz y a erradicar la desnutrición, la pobreza y la marginalidad,
entre tantos. Es un hecho cierto, que a nombre de esta ciencia se han
ocasionado grandes catástrofes y se han abierto mas brechas y desigualdades
sociales.
De allí que
la formación debe revalorizarse desde la ética a fin de lograr un profesional
que reflexione sobre sí mismo y su relación con el conocimiento, valore y asuma
el compromiso de actuar en el saber y en el ser, lo que lo llevará
indefectiblemente a convivir dentro de su contexto local y mundial, aprendiendo
y compartiendo del y con el otro, al desarrollar características de trabajo en
pro de beneficios colectivos.
¿La formación universitaria está acorde a los requerimientos sociales actuales?
Es una
pregunta que se hacen muchos estudiosos de este tema y lo abordaremos en
otra entrada.
[i] CEES MANUEL F. GRAN. (2003). Las
Competencias como Configuración Didáctica. Material de apoyo del Curso Dinámica
y Evaluación. Doctorado en Ciencias Pedagógicas del convenio UNEFA-UO.
[ii] DUART, J. (2007). LA UNIVERSIDAD
Y SU CONTEXTO EN UN MUNDO GLOBAL. RUSC: Revista de Universidad y Sociedad del
Conocimiento. Vol. 4, n.º 2. Fecha de publicación: octubre de 2007.
* Imagen de Jonny Lindner en Pixabay
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