En la planificación de la instrucción que
direcciona el proceso de enseñanza
aprendizaje, uno de los instrumentos sugeridos para la formulación de los
objetivos de aprendizaje es la taxonomía de Bloom o de otros autores. Ésta
permite relacionar esos objetivos con los contenidos y recursos, facilitando la
evaluación.
Recordemos que, un objetivo se formula en torno a la
aspiración que el estudiante debe conocer y hacer, en forma medible, alcanzable
y en un tiempo concreto. En ese sentido, la taxonomía nos ayuda a expresar eso
que deben saber comprender o saber hacer acerca de un determinado contenido;
una acción del estudiante, simbolizada en el verbo de cada categoría taxonómica.
Proceso de enseñanza aprendizaje* |
El aprendizaje es un proceso gradual, continuo y
ascendente. Mediante la enseñanza se acompaña al estudiante para que
progresivamente vaya alcanzando los niveles de conocimiento requerido, expuestos
en la planificación con base a un contenido, en un proceso de construcción y
comprensión.
La taxonomía no es otra cosa que un sistema de
clasificación, en categorías y niveles o dominios que se expresan en tareas
realizadas durante la instrucción, ordenados secuencial y jerárquicamente, con base a características comunes da cada
categoría.
Bloom en su taxonomía
distinguió tres niveles, cognitivo, afectivo y psicomotor, aunque sólo
desarrolló los dos primeros. Pretendió definir un sistema de clasificación
común de habilidades y conocimientos, dentro de un marco teórico, suministrando
información para la evaluación.
Siguiendo la actualización, según muchos autores más
acertada, realizada por Lorin Anderson y David R. Krathwohl con respecto al
dominio cognitivo, en este caso del proceso del pensamiento del estudiante, las
categorías van sustentándose unas con otras: Recordar lo que se sabe,
Comprender para construir significados, Aplicar y usar conocimientos, Analizar
procesos, Evaluar para introducir juicios y, Crear e innovar.
Tanto para estos autores como para Bloom, ese marco
de habilidades y conocimientos se van integrando sucesivamente desde los
niveles básicos hasta los de orden superior, lo cual significa que, dependiendo
del objetivo, las tareas se desarrollarán en el nivel que corresponda, no hay
necesidad de empezar por el primero porque ya estaría implícito.
Lo cual no sucede con el ciclo del aprendizaje.
Éste da cuenta del proceso que seguimos para aprender y se vincula más con las
estrategias a desarrollar en la planificación de la instrucción, con la
finalidad de lograr esos objetivos en función de los contenidos que debemos
conocer.
El ciclo del aprendizaje representa el cómo percibimos
y procesamos lo percibido. Información que debemos conocer y tomar en cuenta en
la dinámica formativa con el fin de planificar situaciones basadas en esos
datos. Autores como Gagné, Kolb o Trowbridge y Bybee,
entre otros, han desarrollado modelos en esa dirección (imagen).
Modelos del ciclo del aprendizaje** |
Gagné propone ocho etapas del aprendizaje en su
modelo jerárquico: Motivación o de las expectativas, Aprehensión o de atención,
Adquisición o codificación, Retención o de acumulación, Recordación o de
recuperación, Generalización o de transferencia, Desempeño o de respuesta y
Realimentación o de refuerzo.
Kolb, da importancia a
la vivencia y reflexión del estudiante en los momentos de su modelo: de la Experiencia
concreta al análisis, de la Observación reflexiva a la síntesis, de Determinar
la solución a la planificación y de la Experimentación activa a la acción.
Trowbridge y Bybee, destacan la importancia de
planificar el aprendizaje de acuerdo a su ciclo, representado por cinco fases:
Engranaje, Exploración, Explicación, Elaboración y Evaluación. Todos ellos, en
sus modelos, exponen una secuencia lógica hacia la construcción de
conocimientos, que debe darse en todas sus partes, para lograr un “verdadero”
aprendizaje.
Por mi parte, he desarrollado un ciclo del
aprendizaje basado en dos procesos lógicos: apropiación del contenido y
formación investigativa; dados a conocer en otras entradas de este blog y en Investiga Aprende Enseña.
El ciclo del aprendizaje y la taxonomía son dos
aspectos que pueden y deben convivir en una planificación, como hemos visto, no
se contraponen y cumplen intenciones distintas. El primero es fundamental para
lograr los objetivos y competencias, porque traza el camino a seguir por los
estudiantes en la construcción del saber en todas sus tipologías; la segunda,
expone el nivel de conocimiento o el tipo de aprendizaje que deben adquirir con
respecto al contenido.
Conocer el ciclo del aprendizaje y aplicar sus
procesos lógicos posibilita el aprender a aprender.
*Imagen de Pexels en Pixabay
** Imagen de Janisse Salazar-Coraspe
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