Si pensamos que el propósito de la formación es el
desarrollo humano, entonces, la planificación de la instrucción debe girar en
torno al aprendizaje de saberes, procedimientos y actitudes, con base a los
contenidos, que nos permita aprender a aprender y aplicarlo a lo largo y ancho
de nuestra vida.
En este sentido, como docentes,
por medio de la enseñanza, acompañamos al estudiante para que vaya alcanzando
los niveles de aprendizaje y competencia requeridos, en forma gradual, continua
y ascendente, de acuerdo con el ciclo o secuencia de dicho aprendizaje.
Dicho ciclo representa el cómo
percibimos y procesamos lo percibido. Ponemos en juego nuestras estructuras mentales al
interactuar con la realidad estudiada, las adaptamos progresivamente en función
de la construcción de nuevos conocimientos que se edifican sobre los viejos,
desarrollando así nuevos esquemas que nos ubican en niveles cualitativos
ascendentes.
Dinámica formativa en la secuencia del aprendizaje |
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