Llevamos
muchos años hablando del modelo educativo basado en competencias. Sabemos que
éstas se expresan en el perfil de egreso, en consonancia con lo que se espera
del egresado en el contexto donde se desempeñe. A partir de allí se diseña un
ambiente de aprendizaje coherente para alcanzar dichas competencias.
Éstas
se refieren a las acciones ejecutadas en un espacio determinado, como el
profesional o laboral, pero también, las que permean todos los ámbitos de
actuación, las conocidas como competencias clave, básicas, genéricas o transversales.
Aprender para aplicar y transformar*
¿Qué más sabemos? Veamos…
Aprendizaje por competencias
El
aprendizaje por competencias va más allá del conocer y también del hacer y el
ser, dado que incorpora el saber conocer, saber hacer y saber ser. Son tres
saberes que conforman un desarrollo integral para hacernos competentes en
nuestros ámbitos de desempeño y, por consiguiente, saber convivir.
Aprender con base a competencias implica un dominio de aprendizajes determinados y demostrarlo, en función de resultados, lo visible, de trasladar el conocimiento a la realidad que le dio origen.
Somos competentes cuando logramos activar nuestros conocimientos, integrar y aplicar los contenidos aprendidos en una situación determinada, para actuar sobre ella y transformarla.
Ello significa que, debemos saber valorar, por una parte, la demanda del contexto y por la otra, las actuaciones en atención a esa demanda (resultados/expectativas), a fin de canalizar los aprendizajes competenciales y orientarlos hacia una mejora permanente.
Rasgos que definen a las competencias** |
Porque
no se trata de solo aprender contenidos y construir conocimientos, con este
modelo nos formamos para saber aplicarlos y aprender a aprender, con el fin de atender
las necesidades propias y de nuestro contexto. Debe ser el propósito de la
enseñanza.
Leer
¿Qué significan las competencias en el ámbito educativo?
Ventajas y desventajas
Son
muchas las ventajas de este modelo: mayor precisión de la enseñanza en el
rendimiento estudiantil con base a los aprendizajes requeridos; vinculación
entre escuela y trabajo; flexibilidad y ajuste de la enseñanza a las
características de los estudiantes (enseñanza personalizada); desarrollo cognitivo, metacognitivo y
emocional; mejor uso de las capacidades y habilidades individuales; adaptación
al cambio y, desarrollo de una ciudadanía global.
No
obstante, algunos autores mencionan desventajas o debilidades en algunos casos;
a saber: es un aprendizaje con enfoque objetivista, no se adapta a todos los
estilos de aprendizaje ni a todas las temáticas del programa educativo.
Puede
que esta visión se corresponda con el desconocimiento de la forma de llevarlo
adelante o su ejecución es muy apegada a lo tradicional o que aún no termina de
cuadrar en el imaginario colectivo. Nada es perfecto sino perfectible.
Mirémoslo como un desafío.
¿Cómo
lo interpretas y cuál es tu experiencia?
En
los programas educativos, cada vez cobra más relevancia la necesidad de
incorporar competencias básicas, claves, genéricas o transversales, además de
las especificas por área de conocimiento.
Estas
competencias clave son multifuncionales y dinámicas, dado que abarcan e integran
los conocimientos necesarios para el desarrollo personal y profesional, ahora y
a futuro. En otras palabras, favorecen la inclusión y participación en
múltiples contextos, afrontar diversas situaciones y resolver los problemas que
se presenten.
El aprendizaje basado en competencias, bien llevado, posibilita enseñar lo importante, lo que realmente necesitamos para estar en el mundo, que nos condiciona y a su vez, condicionamos y, para autogestionar, transformar/transformarnos, dentro de un contexto determinado.
Obviamente,
en este escenario, los roles del docente y del estudiante cambian. ¿Cuáles son?
Roles del docente y del estudiante
El
docente.
Ø Organizar
el ambiente de aprendizaje en función a las competencias declaradas, incluye el
diseño de estrategias que fomenten el desarrollo de habilidades del
pensamiento, del lenguaje y la investigación.
Ø Propiciar
la participación activa del estudiantado en la búsqueda de información, su
procesamiento y aplicación, así como la valoración de todo el proceso.
Ø Guiar
permanentemente a sus estudiantes en su aprendizaje, de forma dialógica,
proactiva y efectiva.
Ø Motivar,
crear el equilibrio entre expectativas y resultados, para que los estudiantes
se interesen en lo que hacen y lo culminen satisfactoriamente.
Ø Mediar
en el desarrollo de sus estudiantes como seres humanos y de su papel
responsable como ciudadanos activos.
Ø En
función de todo lo anterior, diseñar nuevas formas de evaluación continua y
retroalimentación que favorezca el avance del estudiante, basadas en su
desempeño, en la demostración de las competencias.
El
estudiante.
Ø Es
el responsable de su aprendizaje, de participar activamente en las actividades
y alcanzar las competencias buscadas.
Ø Compartir
conocimientos con el docente y los otros compañeros para generar un aprendizaje
colectivo.
Ø Mantener
una posición responsable y ética en todas sus acciones.
Ø Hacer
uso adecuado de sus propios recursos y el conocimiento que posee para
reflexionar, resolver problemas, dialogar, relacionar ideas, tomar decisiones… en
el desarrollo de las actividades.
En definitiva, el mundo en el que hoy vivimos, cambiante, complejo e incierto, requiere de personas integralmente desarrolladas, empoderadas, con los saberes suficientes para afrontarlo y la capacidad de actualizarse permanentemente de acuerdo a las exigencias y problemáticas que se vayan generando.
Una de las respuestas a esta formación es el aprendizaje por competencias.
*Imagen de mohamed Hassan en Pixabay
** Imagen adaptada de PIRO4D en Pixabay
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