Pensar en educación es pensar en su objetivo, el para qué educar y en la persona que queremos formar. Cómo ser mejores y propiciar el bien común.
¿Qué somos y qué queremos? ¿Qué sociedad tenemos y a cuál aspiramos?
Preguntas que interpelan nuestro papel en el estado
de bienestar y la búsqueda de la felicidad, por lo que deben guiar la formación
basada en valores. Pensar en la integralidad del ser humano y su desarrollo
como individuo e integrante de una comunidad social determinada que comparte
una cultura.
Recordemos que, como partícipes de una sociedad
somos esencia de ésta y corresponsables de su existencia; interactuamos y
forjamos una construcción personal y social.
Relación dialéctica personas-sociedad* |