¿Qué es la dinámica de formación? ¿Cuál es su importancia para el desarrollo humano?
En una primera aproximación a este tema que da para
muchas interpretaciones y perspectivas, en consonancia con el concepto de formación integral, presento un esbozo
general que iremos afinando en otras entradas.
Proceso de la formación integral*
La dinámica de la formación integral
La formación del estudiante y del futuro profesional tiene en su
base la enseñanza aprendizaje y a
través de ésta se manifiesta la dinámica formativa. En ella transcurren
procesos como la motivación, la comprensión y la
sistematización de contenidos; los cuales deben responder a momentos que surgen
por la misma relación entre objeto, objetivo y contenido mediante métodos
específicos para cada uno, de acuerdo a Fuentes[i].
Son momentos que dan lugar al inicio, desarrollo y
cierre de los temas que se tratan en una determinada asignatura o curso. ¿Cómo
lo ejecutan en sus aulas?
De acuerdo al autor, el objeto representa aquellos saberes, lógicas y
métodos que los estudiantes deben apropiarse para resolver los problemas derivados de un área del conocimiento,
representada en una asignatura o curso en particular o de su carrera; el
objetivo por su parte, formula lo que se aspira alcanzar para satisfacer
esa necesidad; y el contenido, en correlación con las otras dos categorías,
hace referencia a la integración de los saberes, habilidades, valores y
actitudes necesarios para el logro del objetivo.
La dinámica entonces podemos entenderla desde dos perspectivas. De manera específica
se desarrolla por asignatura y carrera, en cuanto operacionaliza lo
que está contemplado en ese programa, el cual a su vez expresa las intenciones
del perfil de egreso.
Además, tiene un enfoque general,
en tanto debe direccionar la formación
para lograr que el sujeto esté en constante diálogo con su realidad, gestionando su conocimiento, desde
la apropiación y recreación de su cultura a través del aprendizaje.
Siendo así, por una parte, la formación apunta al logro de las competencias específicas
relativas al programa educativo
y de competencias genéricas para afrontar con mayor propiedad los problemas
referidos del área de
conocimiento y la demanda social.
Por la otra, el aprendizaje es un proceso y un resultado expresado en la reconstrucción de la
estructura cognitiva, del pensamiento y del lenguaje, a partir del conflicto
cognoscitivo que ocurre en el sujeto por la interacción entre lo nuevo y los
conocimientos y experiencias previas.
Entonces, la dinámica de enseñanza
aprendizaje debe permitir al estudiante conectarse con el objeto de
estudio, apoyar la apropiación de procedimientos y generalizaciones teóricas
con pleno conocimiento de ello y de las relaciones fundamentales de los entes y
situaciones estudiadas.
Según Zilberstein[ii], lo anterior
puede lograrse, al aplicar ciertos principios didácticos orientadores del
trabajo escolar, estos son: la unidad de la teoría con la práctica, de lo
concreto y lo abstracto, el carácter colectivo y científico de la enseñanza,
para que ese estudiante pueda llegar a procesar la información en un nivel de
pensamiento teórico, abstraer las relaciones, formular hipótesis, replantear
situaciones, buscar soluciones y aplicar los conocimientos.
¿Qué es lo que implica? Que el estudiante debe lograr la responsabilidad en
su motivación, además de la auto-orientación para su formación. ¿Es posible
guiarlos en este proceso?
Por tanto, es necesario que, a través de la enseñanza, este estudiante
pueda desarrollar procesos motivacionales que lo induzcan a aprender e internalizar saberes,
procedimientos, actitudes y valores que le posibiliten ser sujeto creativo,
crítico e investigativo para crear y aplicar conocimientos y no seguir con un
proceder memorístico y descontextualizado.
El papel de las estrategias usadas es fundamental en la dinámica de formación. Éstas estarán centradas en los aprendizajes y el logro de competencias,
planificadas coherentemente en secuencia para asegurar un salto cualitativo en
el conocimiento.
Toda estrategia implica una
connotación finalista e intencional (Esteban y Zapata[iii]), por lo
que debe planificarse en ese sentido. Es nuestra responsabilidad como docentes.
La idea es establecer una correspondencia entre los procesos que se dan en
la enseñanza aprendizaje mediante una metodología[iv] que
contemple etapas a cubrir, no lineales sino más bien un proceso en espiral
creciente, permitiendo alcanzar tanto los objetivos académicos diseñados para
dar respuesta a la situación problematizada, como un estudiante autogestor de
su aprendizaje al apoderarse de contenidos y procedimientos para tal fin.
Para finalizar, dada la complejidad de la realidad actual, en mi opinión,
esta realidad plantea mayor atención al
diseño de la dinámica formativa, con estrategias y secuencias más ajustadas al
estudiante y su contexto, de manera que ambos vayan desarrollándose en una
unidad dialéctica.
La sociedad se
transforma en la medida que los sujetos que la componen se transforman, en una
gestión reciproca.
¿Establecemos un diálogo?
[i] FUENTES, H. (2002). Teoría Holística Configuracional y su
aplicación a la Didáctica de la Educación Superior. Curso Didáctica de la
Educación Superior. Doctorado en Ciencias Pedagógicas del convenio UNEFA-UO.
[ii] ZILBERSTEIN, J. (2002a). Principios Didácticos en un
Proceso de Enseñanza Aprendizaje que instruya y eduque. Material fotocopiado.
[iii] ESTEBAN, M. y ZAPATA, M. (2008). Estrategias de
Aprendizaje y ELearning. Un apunte para la fundamentación del diseño educativo
en los entornos virtuales de aprendizaje. Consideraciones para la reflexión y
el debate. Introducción al estudio de las estrategias y estilos de aprendizaje.
RED. Revista de Educación a Distancia. No 19.
[iv] SALAZAR-CORASPE, J. (2009) Metodología para la Autogestión
del Aprendizaje a través de los Materiales Autoinstruccionales. Tesis doctoral
presentada para optar al título de doctora en Ciencias Pedagógicas. Universidad
de Oriente. Santiago de Cuba.
* Imagen en Pixabay
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