Jane
Austen, la autora de Orgullo y prejuicio, vivió
entre 1775 y 1817 en Inglaterra, una época marcada por las convenciones
sociales, los roles de género y las formas de educar. En el caso de las mujeres,
educadas en modales y cualidades domésticas; a fin de alcanzar un buen matrimonio,
lo cual significaba éxito social y seguridad económica.
Tanto
el orgullo como el prejuicio son cualidades que los protagonistas deben superar
a lo largo de la novela.
Austen
supo plasmar en su obra el contexto de inicios del siglo XIX y recrea una
protagonista -Elizabeth Bennet- que desafía con inteligencia y carácter los
valores de su tiempo: piensa por sí misma, valora su libertad y se opone al
matrimonio por conveniencia.
La
historia se construye en torno al conflicto entre Elizabeth y el señor Darcy,
un aristócrata reservado y orgulloso, quien tiene una alta opinión de sí mismo
y de su estatus social. Ella lo juzga basándose en su primera impresión y en lo
que ha oído sobre él, lo cual despierta un prejuicio en su contra.
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